¡Hola Cocinacas! Hoy queremos ponerte a prueba para ver cuánto sabes de repostería y qué tal se te da. Si sueles hacer postres en casa seguramente conozcas las técnicas de repostería más populares, en ese caso nunca está de más recordarlas. Si no las conoces, hoy te enseñaremos cuáles son. También te mostraremos algunas recetas para que las pongas en práctica y disfrutes de algunos de los dulces más típicos.
En nuestra sección de técnicas de cocina te enseñamos todo lo que debes saber para que tus platos y postres te salgan perfectos. Para ello, contamos con artículos que te pueden resultar muy útiles en los que te explicamos, por ejemplo, las 8 técnicas con las que mejorarás tus platos de pasta o en el caso de los dulces, analizamos cuáles son los problemas más habituales al hacer tartas y cómo solucionarlos.
En el caso de las recetas de postres estas exigen medir las cantidades de cada ingrediente sin pasarnos ni un gramo y seguir los procedimientos del modo exacto. Por eso es importante conocer las técnicas de repostería básicas.
Cuando hablamos de repostería nos referimos al área de la gastronomía en la cual se prepara, se le da cocción y se decora cualquier plato dulce. Este puede ser una tarta, una galleta, un helado, un chocolate o una golosina.
Para la elaboración de la mayoría de ellos se suelen necesitar algunos ingredientes básicos como la harina, huevos, azúcar, leche, mantequilla o aceite y nata. Al igual que ciertos utensilios de cocina básicos, como una báscula, un rodillo para las masas o la batidora. Lo mismo ocurre a la hora de seguir los pasos que nos especifica la receta. Algunos autores hablan de las distintas técnicas, dando por hecho que las más básicas las conoce cualquiera que se pone a preparar un postre.
Si te sientes identificado, no te preocupes porque a continuación vamos a ver las técnicas de repostería más populares. A partir de ahora sabrás en qué consisten y eso ya no será un impedimento a la hora de realizar cualquier dulce que te propongas.
Baño maría
Al baño maría un método de cocción que proporciona un calor indirecto a los ingredientes. Con esto se consigue una temperatura suave pero uniforme.
Para ello se debe colocar lo que queremos cocinar en un recipiente que sea apto para altas temperaturas. Este hay que ponerlo dentro de otro más grande que es el que realmente va a estar en contacto con el calor, y entre los dos estará el agua. Es importante que el agua nunca llegue a entrar en contacto con el producto que estamos cocinando.
El baño maría se puede utilizar para derretir o ablandar algún producto, como puede ser el chocolate. En este caso, el recipiente pequeño se irá calentando de forma constante y suave, a la vez que el contenido se va fundiendo.
También puede usarse esta técnica para hervir conservas o confituras y hacerles el vacío. En el caso de las mermeladas o el tomate frito, si queremos guardarlos en conserva, se recomienda utilizar tarros de cristal y la tapa de metal.
Uno de los postres más populares que se hace al baño maría es el flan. Puedes probar a poner en práctica la técnica, siguiendo los pasos de la receta del flan de galletas maría.
Punto de nieve
Es una de las técnicas de repostería que más se utiliza, sobre todo para hacer merengue, mousse o suflé, donde se busca un resultado aireado y esponjoso.
Se dice que las claras están al punto de nieve cuando se consigue el color blanco y una textura esponjosa, muy parecida a la nata montada.
En nuestro artículo sobre cómo hacer claras a punto de nieve verás que son 4 sencillos pasos. Ten en cuenta que para batir las claras se necesitan varillas de metal en forma de globo porque introducen aire dentro de las claras más rápido que otro tipo de varillas. Además, es importante saber que solo se deben batir hasta que hayan subido, no más porque si no se separa el agua de su proteína y eso las hará menos consistentes.
Una receta muy típica que requiere incluir claras al punto de nieve son los huevos nevados, receta de Jaén que consiste en unas natillas con unas nubes de merengue por encima, espolvoreadas de canela.
Movimientos envolventes
Es otra de las técnicas de repostería que se utiliza a menudo, la cual sirve para mezclar una masa ligera y espumosa con otra más densa, o viceversa. No se trata de remover o batir, y se debe evitar que la mezcla más ligera baje su volumen en exceso. Normalmente la mezcla más ligera son claras o huevos batidos.
Para conseguirlo, hay que tener en cuenta varias cosas. En primer lugar, hay que procurar verter la preparación más ligera sobre la más pesada. Al hacer los movimientos envolventes no se deben remover los dos tipos de masas enérgicamente y por último, la mezcla debe hacerse con una espátula de silicona o un varilla a mano, con movimientos de abajo hacia arriba, de esa forma se mete aire en la masa y evita que se baje. No debe quedar totalmente integrada una masa en la otra, sino las dos mezclas entrelazadas.
Para hacer este soufflé de chocolate, en uno de los pasos tendrás que realizar movimientos envolventes.
Caramelizar
Consiste en transformar azúcar en caramelo. Para ello se debe calentar el azúcar a fuego lento, con ayuda de un soplete o con fuego directo.
Uno de los postres que suele llevar azúcar caramelizado en la parte de arriba, es una de sus versiones del arroz con leche. También la receta de bizcocho de piña requiere en el primer paso caramelizar el fondo del molde.
Otras técnicas de repostería
Perfumar
Perfumar en cocina es sinómino de aromatizar un alimento o una preparación, como puede ser un postre. Para ello se le incorpora un perfume adicional, por adición de una especia, de un aroma, un vino, un aguardiente, etc.
Estos cupcakes de limón se perfuman con la piel de un limón para aportarles más sabor.
Infusionar
Consiste en verter un líquido hirviendo sobre una sustancia aromática y esperar a que adquiera los aromas de esta.
El ejemplo más claro es infusionar un té o hierba aromática y utilizar la infusión en alguna receta, como un bizcocho para empaparlo. En nuestro artículo sobre los usos del té en la cocina encontrarás múltiples ideas con cada tipo de té.
Punto pomada
El punto pomada es un estado intermedio entre líquido y sólido. Se utiliza sobre todo con la mantequilla. Cuando esta está muy cremosa, con la textura parecida a la de una pomada o crema, se la denomina mantequilla en pomada o mantequilla en punto pomada.
Se puede conseguir de varias formas. La primera de ellas es dejando la mantequilla a temperatura ambiente y cuando esté tierna, se bate con un tenedor. La segunda, consiste en cortar en cuadrados la mantequilla sólida y derretirla (al baño maría o en el microondas). No hay que dejar que se derrita del todo, entonces se bate con un tenedor y quedará cremosa.
Para elaborar la receta de galletas de mantequilla fáciles y rápidas, se necesita mantequilla en pomada.
Emulsionar
Consiste en mezclar de una manera permanente un líquido no mezclable con otro, por ejemplo agua con aceite. Para emulsionar de forma correcta se puede emplear una batidora de varillas o si no una batidora, una licuadora o poniendo los ingredientes en un bote de conservas y agitándolo hasta conseguir la masa homógenea.
En uno de los pasos de la receta del flan de leche condensada es necesario emulsionar los ingredientes.
Atemperar
La técnica de atemperar o templar el chocolate es un proceso a través del cual se debe someter este alimento a unas temperaturas determinadas con el fin de controlar la cristalización de la manteca de cacao que contiene el chocolate. El objetivo es lograr un acabado brillante y llamativo.
Se emplea sobre todo en la cobertura de tartas o en la elaboración de bombones y chocolatinas.
¿Conocías todas estas técnicas de repostería? Cuentanos a través de los comentarios cuál es la que sueles utilizar en tus postres y si te parecen fáciles o difíciles de aplicar en las recetas que te hemos propuesto.
Esperamos que después de este artículo disfrutes mucho más de la repostería en casa.
¡Hasta la próxima!
Fuente: https://cocina-casera.com/tecnicas-de-reposteria-y-recetas/