Los jugos y licuados elaborados con frutas y verduras verdes se han puesto de moda en los últimos años. En muchas ocasiones especialistas en nutrición nos prometen maravillas si consumimos este tipo de preparaciones. Si bien es cierto que la ingesta de frutas y verduras en benéfica para nuestra salud, en términos generales no es suficiente por si sola para que nuestro cuerpo cambie radicalmente.
Los jugos verdes pueden llegar por ende a ser engañosos si nos limitamos a tomarlos sin acompañarlos de un plan de nutrición y ejercicio adecuado y adaptado a nuestras necesidades. Para muchos especialistas y aficionados en nutrición, los jugos verdes suelen tener beneficios para la salud como: incremento de la energía, rápida absorción, fortalecimiento del sistema inmunológico entre otros.
Por lo general los jugos y licuados verdes están hecho con todos aquellas verduras y frutas de color verdes como espinacas, lechugas, brócoli, pimiento y hasta chile. Algunos nutriólogos recomiendan que en cada jugo o licuado usemos 3 porciones de verduras con una de fruta. Esto nos permite reducir los niveles de azúcar ya que, por lo general, las frutas contiene más azúcar que las verduras.
Por otra parte, al reducir los niveles de frutas para con consumir azúcares, estamos reduciendo también el aporte vitamínico que suele ser mayo que en las verduras. Surge entonces un dilema para alcanzar un fino equilibrio entre las frutas y las verduras según lo que busquemos en la ingesta de estos jugos verdes.
Tal y como lo comentábamos al inicio, los jugos verdes son muy buenos siempre y cuando sean parte de una dieta balanceado y equilibrada entre lo que consumimos y la actividad física que realizamos. En conclusión, los jugos verdes si pueden ser un aliado eficiente en nuestra dieta siempre y cuando los sepamos tomar y acompañar de otras costumbres saludables. En pocas palabras, de nada servirá tomar un jugo licuado verde en el desayuno si terminas tu día cenando una torta de tamal.