Perder peso es complejo y difícil, quien te diga lo contrario no está siendo sincero. Sin embargo, todavía nos encontramos con recomendaciones del tipo “tienes que perder peso” y para lograrlo basta con “comer menos”.
¡2 errores en la misma frase!
- “Tienes que….”
- “Comer menos…”.
El “tienes que” es una expresión que todo profesional de la salud, desde mi humilde opinión, debe evitar. ¿Por qué?
Dar una recomendación de carácter impositivo como “Tienes que perder peso”, “Tienes que hacer más ejercicio”, “Tienes que comer mejor”, “Tienes que ser más ordenado”…sin conocer las motivaciones y deseos de la persona que tenemos delante, suele, en la mayoría de los casos, perpetuar la resistencia al cambio, y por tanto aumentar las papeletas para que la persona no cambie.
Para darte cuenta de esta realidad, basta con que pienses en un momento de tu vida en el que recibiste un consejo de alguien (familiar, amigo, profesional…) sobre algún cambio, que este consideraba que te vendría bien (dejar el trabajo, dejar de fumar, dejar a tu pareja…), pero que igual tú mismo ni te habías planteado.
¿Cómo te sentó? Es posible que este consejo no te sentará mal, pero os aseguro que a la mayoría, cuando nos dicen ese “tienes que”…sin ser solicitado, no suele sentarnos nada bien.
Por tanto, lo primero de todo antes de aconsejar y recomendar a una persona sobre cómo perder peso, me parece realmente importante conocer si realmente quiere hacerlo, de no ser así, si le insistimos en hacerlo, es muy probable que solo consigamos que resista aún más.
Ahora bien, ¿Por qué el consejo “come menos para perder peso” no es acertado?
En primer lugar porque comer menos no es sinónimo de comer mejor y saludable.
Para que podáis entender esto de forma fácil, aunque no me gusta nada contar calorías, quiero mostrar una comparativa entre dos comidas diarias con similar aporte calórico (unas 1500 kcal).
Comidas de la propuesta A
- Desayuno: 4-5 galletas tipo digestive + 1 tazón de zumo de naranja industrial.
- Comida: 1 ración de lasaña boloñesa (preparada) + 1 bollito de pan blanco.
- Cena: 1 coca-cola normal + sándwich de pavo y mahonesa.
COMIDAS DE LA PROPUESTA B
- Desayuno: Rebana de pan integral (unos 40g) con queso (unos 35g) y tomate + café con leche.
- Media mañana: 1 rodaja de Sandía + 25g de almendras.
- Comida: 1 plato de verdura con guarnición de patata + 1 huevos cocidos (2 unidades pequeñas) + aceite de oliva (1,5 cucharas aprox) + 1 manzana al horno.
- Cena: Ensalada de brotes, zanahoria, tomate, quinoa, pollo y aceite de oliva (1 cuchara sopera aprox).
- Postre: 1 yogur natural con canela y 5 fresas.
¿Con cuál de las dos propuestas comerás más alimentos?, ¿Con cuál te sentirás más satisfecho?, ¿Cuál te permitirá controlar más tus sensaciones de hambre?, ¿Cuál te permitirá disfrutar de más salud?
¡Ojo! Esto ha sido a modo de ejemplo. Lo de las 1.500 kcal espero que no lo tomes al pie de la letra, ya que este aporte para algunos puede no ser recomendable.
Por otra parte, comer muy poco todos los días, con el objetivo de perder peso, aunque sea a base de alimentos saludables, no suele reportar beneficios a largo plazo. ¿Por qué?
Cuando se sigue una dieta con un aporte calórico muy bajo, y además, no se acompaña de la práctica de ejercicio físico (algo muy habitual), suelen darse cambios corporales no favorables, que no resultan positivos.
¿Cuáles son estos cambios?
Al consumir muy pocas calorías, el organismo realiza ajustes con el fin de ahorrar energía y asegurar la supervivencia, para lograrlo reduce el metabolismo basal. Esto significa que a medida que comas menos calorías, tú cuerpo gastará menos, con la consiguiente dificultad de aún comiendo poco, lograr perder peso.
Además de esto, al practicar una alimentación muy baja en calorías y no practicar ejercicio físico, la pérdida de peso no solo vendrá de la grasa, si no que incluso perderás más masa muscular. Recordemos que este componente es el que nos ayuda a aumentar nuestro metabolismo basal.
Por otra parte, cuando las comidas son muy escasas y se mantiene está dinámica durante varias semanas, suele producirse un incremento de las sensaciones de hambre, sintiendo una gran tentación por alimentos altamente calóricos y muy gratificantes (procesados)
Además, cuando sigues una dieta muy baja en calorías, es probable que puedas tener alguna deficiencia nutricional, especialmente de vitaminas y minerales, que pueden repercutir en tu salud, sintiendo más cansancio, fatiga y peor estado de ánimo, entre otros.
En resumen:
- Comer menos no es la solución para perder peso, es más puede ser la peor estrategia a seguir si lo que realmente quieres es perder peso de forma saludable y mantener esa pérdida a largo plazo.
- Comer sano no es sinónimo de comer menos. Es más, para la gran mayoría, es comer más.
- Al practicar una alimentación saludable (predomino de alimentos vegetales y evitación de productos procesados, principalmente) con un aporte adecuado de calorías, te sentirás más satisfecho, sentirás menos hambre y tendrás menos ganas de comer productos superfluos. ¡Indispensables para mantener la pérdida a largo plazo!
Antes de terminar me gustaría recordar que para perder peso y mantenerlo en el tiempo, no basta con comer de forma saludable, si no que además es indispensable incluir la práctica de ejercicio físico, descansar bien y gestionar de forma inteligente las emociones.
Fuente:https://www.nutriendomicambio.com/perder-peso/